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Gonzalo Cowley

La sociedad de dos velocidades

Chile requiere de una generación que piense en el futuro y se atreva a intervenir en la vida social, política y cultural con ideas, iniciativas, proyectos y opiniones. No lo requiere para ahora mismo, aunque seria deseable, lo requiere para construir futuro a 25 años plazo. El segundo aire del Bicentenario.

En una mirada rápida, casi instantánea, no se avizora ese cuerpo de personas (aunque se intuye) que representen ese conjunto y que tengan vocación de servicio, de conducción política, generosidad en el acceso al poder y vocación de dialogo ciudadano. Lo que sí se ven son muchas estrellas en el firmamento, talentos, vocaciones, capacidades desperdigadas y poco acento en proyectos comunes.

El tema de Finlandia da para pensar. Da para pensar que para asumir trayectorias territoriales disciplinadas, entusiastas y austeras se necesitan énfasis y las personas son importantes para marcarlos, como seres únicos e irrepetibles, su impronta es algo que queda indeleblemente marcada en los procesos de desarrollo en la escala que sea. Personas que representen visiones de fondo, con talento estratégico y que superan la sociedad coyuntural que habitamos, somos parte y alimentamos. Personas generosas que se ordenan en torno a objetivos comunitarios y que vayan tras la libertad, la justicia social, la solidaridad, la amistad cívica o el desarrollo en la construcción de la Republica.

Pensaba en Chile y la doble velocidad que vive o que desea vivir. Por una parte esta la sociedad de la pobreza, del esfuerzo y de las carencias, de los campamentos, de la falta del alcantarillado o el pavimento, del acceso deficitario a la salud, de la precaria seguridad social y de empleabilidad, de la educación formal que convive entre la deserción escolar y un esquema repetitivo de conocimientos que no forma ni hace cultura. Por otro lado esta la sociedad de los acuerdos comerciales, de las exportaciones, de la innovación tecnológica, de las grandes cifras, de los acuerdos comerciales, de la masificacion de la educación superior o simplemente de la confortable vida que otorga la seguridad de ingresos, el acceso a la tecnología y el desarrollo laboral o profesional, entre otros. También sociedad del esfuerzo y de algunos privilegios. En medio de estas realidades habita una masa indeterminada que espera, es victima de la farándula cotidiana y esta expuesta a los vaivenes más diversos de aquellos que están construyendo los grandes trazos de Chile; oficialistas, facticos, poderes economicos, mediáticos y otros.

No hay que optar por una o por otra realidad. Esta sociedad de doble velocidad en el fondo exige un mismo ritmo para ambas realidades, políticos más completos y complejos, con visión, comprensión y capacidad de aprehensión. Chile esta cambiando y tiene una doble demanda porque se viven, como dicen en la teoría de la Historia, ritmos historicos distintos en un mismo territorio y la mirada al conjunto unen a estas realidades bajo el alero de los contenidos que pueden lograr inspirar a ese cuerpo, a esa pieza que falta en el tablero.

En general América Latina ha tenido que lidiar con decisiones que privilegiaron crecimiento en tiempos de bonanza y no desarrollo y al momento de vacas flacas no estaba el Estado de Bienestar, no había seguridad social, ni existían las reservas del caso. No es necesario dar ejemplos. Nuestro Chile, sin embargo y con todo, no solo ha brillado o se ha destacado en este escenario por las cifras de la ultima década del milenio anterior, sino por su responsabilidad fiscal y por una precaria pero efectiva seguridad social que ha logrado contener populismos y demandas extemporáneas, al tiempo de contar con capacidades de Gobierno, intelectuales y técnicas.

La estrategia de desarrollo nacional que se esta implementando vive en medio de estos dos mundos. El Chile solidario y el Plan Auge, los planes de empleo para subsidiar la falta de iniciativa e imaginación por un lado, la firma de los Tratados de Libre Comercio, la macro operando, la agenda corta aprobada, el mercado de capitales, por otro.

Claudio Orrego se preguntaba al final de su articulo sobre Finlandia, "¿qué nos falta para seguirlos?" a propósito del proceso de desarrollo de los europeos. Reflexionaba en esta misma tribuna con una respuesta aventurada que más política y mejor política era lo que faltaba. Hoy estoy mas convencido que hace una semana. Falta mas política, mejores partidos políticos, mejor militancia política, mejor calidad de la política, movimientos políticos, debates políticos, propuesta política y sobre todo, menos coyuntura, mas visión estratégica, mas lideres y menos farándula.

Mick Jagger ingresó en 1961 a la prestigiosa London School of Economics, pero la economía no le despertó la pasión que sentía por la música. Estando en Londres por allá en 1965, en pleno éxito por el disco Satisfaction y en medio de la fama que los ponía a la par con Los Beatles como líder de los Rolling Stones, era acosado por la prensa de la cual arrancaba. Cansado por aquella presión, cuenta la leyenda, y cansado de la persecución televisiva, desde un hotel lanzo un televisor por la ventana. Los periodistas extrañados y sorprendidos por la actitud del nuevo ídolo le consultaron porque había hecho eso...Jagger les contesto..."tengo el estomago lleno, puedo pensar".

25 años no es mucho tiempo.

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