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Gonzalo Cowley

Municipios para el 2004

Ad portas de la definición de los partidos políticos y de las estrategias electorales de Gobierno y Oposición con relación a las próximas elecciones municipales, bien vale la pena realizar una reflexión que acote los nuevos desafíos de estos cuerpos locales de cara a los tiempos presentes en el marco de la tensión política que estos comicios provocarán.

Que duda cabe que las estructuras municipales han pasado de ser los parientes pobres de la política, a ocupar un lugar donde la posibilidad del servicio público ve realizadas sus aspiraciones en una razonable plenitud. Cercanía con las personas, una distancia muy leve entre la realidad y el papeleo burocrático, capacidad de innovación plena en la medida de las capacidades de la imaginación y del presupuesto, formación de redes que rinden exámenes cotidianos, valor de la palabra empeñada con posibilidad de ser cobrada en caso de quebrantamiento al momento, posibilidad de ver concretadas las iniciativas impulsadas, entre otros, son todas características del ejercicio de representación y gestión desde los municipios. Los gobiernos locales están cumpliendo una función esencial en medio del hecho de la globalización y se abren paso silenciosamente marcando un vínculo cada vez más estrecho con la agenda de las personas.

Guste más o menos, la apertura de las economías, la revolución tecnológica y de las comunicaciones, la firma de acuerdos y tratados de libre comercio y la sensación ciudadana de sentirse parte de un mundo sin fronteras, nos está llevando a navegar en la incertidumbre y en la pérdida de límites. Aquello que no es una novedad a estas alturas y que se aprecia y observa en el comportamiento ciudadano, se va contrarrestando casi imperceptiblemente como una medida de ajuste natural, como un desplazamiento que va resquebrajando los modelos que nos han determinado y afloran visiones que se reparten entre la interpretación cultural, sociológica, psicológica o política abriendo un interesante nuevo modo de abordar y ejercer la ciudadanía y la representación. Ese dato, algo subterráneo, será esencial en la elección de Alcaldes y de Concejales en Octubre del próximo año y a mi modo de ver será factor manifiesto en la expresión de voto de las personas y dará labor a los analistas. Quienes sepan leer aquello previamente, podrán hacer la combinatoria de presentar candidatos que garanticen la votación esperada y una gestión posterior que no inmovilice, sino que aporte hacia el futuro.

Esta elección en ciernes, quizás como ninguna otra en el ámbito local desde la aprobación de la Ley de Gobiernos Municipales a comienzos de la década pasada, será de alta tensión. Evidentemente, y no tenemos que hacernos ilusiones, no será porque los temas locales estén en el centro del debate, sino claramente porque significará una especie de primaria o barómetro del comportamiento electoral de la ciudadanía con vistas a la renovación presidencial al año siguiente. Justamente por lo anterior y por el creciente "desmarque ciudadano", desde alguna lejana perspectiva o asociación, existen probabilidades de más de algún "Naranjazo" que puede afectar directamente en la continuidad parlamentaria de algún(os-as) honorable y quizás, y muy aventuradamente, pueda provocar algún efecto en la elección presidencial.

A pesar que las interpretaciones mediáticas y políticas serán a partir de quien ganó la mayor cantidad de Alcaldías en el caso de Gobierno y Oposición y quien obtuvo el mayor porcentaje (no necesariamente representación) en cuanto a los Concejales, desde el punto de vista de los partidos, y los hechos de la mañana siguiente se ubiquen tras las fotografías de los vencedores y las interpretaciones iconográficas que de aquello se hagan, lo cierto es que mirado desde el punto de vista del desarrollo del país, se comenzará a manifestar una nueva expresión, más transversal, menos permeada por las visiones tradicionales y muchísimo más influída por las personas que busquen la representación a través de su vinculación, inserción, capacidad de gestión y posibilidades de instalar agendas que acerquen a las personas con su entorno y a su vez no repitan más de lo mismo.

Las características de las propuestas no serán un tema a soslayar, aunque el testimonio de la presencia ficticia a través de la publicidad excesiva o real o por medio de la gestión local marquen el tono mayor. El tono menor, no la disonancia, será la expresión de una nueva agenda que corre junto a la globalización, el afloramiento de las identidades regionales, locales y territoriales, el rol de nuevos grupos sociales de características urbanas y un modo a nivel de exigencia ética que realizarán determinados sectores por no presidencializar absolutamente una elección y poner al centro la renovación de las gestiones municipales sobre la base de los nuevos retos de la época que vivimos.

También, y como dato para no olvidar, se verá la influencia real del fenómeno de la farándula y del espectáculo llevado a la política local. Se verá cuantos llegan y cuantos quedan finalmente de aquellos que han sostenido su fraseo y sus slogans sólo por televisión. De nuevo la combinatoria capacidad mediática, presencia real, testimonio y agenda actual y de futuro aparece como lo certero y el contraste de ello se verá confirmado o no con los resultados en votos.

Indudablemente, hay una misión vinculada a tomar como propias las temáticas actuales. Los municipios, como tradicionales administradores de los territorios locales, de sus presupuestos y como, a ratos, o en algunos casos, repetidores año a año de las mismas iniciativas, deberán para subsistir como ejes de administración de la vida pública con legitimidad social y líderes del desarrollo local, presentar ciertas capacidades e innovaciones que trasciendan las funciones habituales.

Se dirá que es algo exagerado, pero hay ejemplos. La nueva dimensión territorial de las relaciones internacionales abre un espacio para el desarrollo de hermanamientos y acuerdos de intercambio entre ciudades y regiones con zonas de otras latitudes. Una época en que las alianzas son premiadas por la ciudadanía, abre un espacio a que ciudades diversas al interior de una región o del país puedan operar unidas en busca de objetivos comunes. Por otra parte, la necesidad de democratizar el acceso a la información por medio de la utilización de las tecnologías de la información y comunicaciones y dotar de herramientas a las ciudadanos, particularmente a aquellos que no cuentan con posibilidad de acceso es una tarea que se viene con urgencia y que deberá comprometer recursos y cruzar transversalmente la salud, la educación o la propia gestión municipal .

El reconocimiento de los nuevos grupos urbanos y el desarrollo de la cultura como eje de la vida de las ciudades y el requerimiento de espacios públicos para el encuentro de las personas o la dimensión sectorial, económica y productiva de los Gobiernos Locales para hacerse cargo de cautelar y promover el desarrollo de las empresas de todos los tamaños y la creación de instrumentos para generar nuevos emprendimientos son parte de los nuevos desafíos. En materia de empleo y desempleo, los municipios tienen una tarea que no se la pueden entregar a un Ministerio o a un Gobierno. La tarea es asociada y la identificación de nichos está dentro de las funciones locales también, al tiempo de establecer las coordenadas básicas que permitan la recalificación laboral en alfabetización digital y dominio del segundo idioma en diversos sectores de la economía.

En materia social parece que la consigna es innovar, innovar e innovar. Y aquello se hace prudente realizarlo a través de la participación ciudadana. Después de lo que el país ha conseguido este último año con la apertura de mercados y de culturas que abarcan el 65% de la población mundial, afirmar identidad, carácter y autonomía en torno a un eje común que es Chile a través de la profundización democrática, la participación ciudadana y la calidad de los servicios públicos son tareas insoslayables que formarán parte de la agenda innovadora que se apreciará transversalmente en esta elección que viene y que a fin de cuentas, aunque no se manifieste enteramente como eje ordenador, su asomo abrirá cauces, posibilidades y sueños para la construcción futura de todos eso pequeños Chiles que se asoman en nuestra larga y angosta faja de tierra.

La Cultura la Lleva

La designación de José Weinstein en la Presidencia del Consejo Nacional de la Cultura, con rango de Ministerio, ha iniciado simbólicamente un camino sin retorno hacia un esperado equilibrio en el desarrollo del país. Desarrollo político, económico y social, más desarrollo cultural, son todas áreas que requieren de funcionamientos propios, en paralelo, de agendas abiertas y flexibles que deben convivir entre ellas y contar con vasos comunicantes para ir formando un país que crece de un modo equilibrado y abre espacio a todos. Se ha puesto una de las patas que le faltaba a la mesa.

La cultura, básicamente desplazada en tiempos de ausencia de libertades públicas, se ha ido ganando un espacio a medida que ha transcurrido el proceso de consolidación democrática y ese espacio hoy le otorga un lugar destacado en el imaginario nacional, en la agenda pública, en las políticas públicas y en las preocupaciones de la ciudadanía.

La decisión presidencial se sostiene como el recorrido institucional que diríamos principal en torno al impulso de la creación de la institucionalidad cultural. Ya en el gobierno del Presidente Frei se da inicio a este desafío y desde la vuelta a la democracia, en el gobierno del Presidente Aylwin se comienzan a abrir los espacios y las posibilidades que el Estado brinda como un verdadero cauce para la promoción de la cultura y las artes y en general para posibilitar la expresión de las disciplinas que conectan las sensibilidades humanas y el cultivo del conocimiento y del pensamiento.

El nombramiento de Weinstein como hecho, se constituye, entonces, en aplicación de la ley promulgada en Valparaíso y se realiza en medio de un contexto apropiado que envuelve a la muchas veces fría firma de un decreto, con un halo de especiales significados y contenidos.

La designación de Valparaíso como capital cultural de Chile, la instalación de la sede del Consejo de la Cultura en la ciudad puerto, la nominación desde UNESCO de aquella ciudad como Patrimonio de la Humanidad y la integración de acciones en una entidad pública de las labores culturales distribuidas en el Ministerio Secretaría General de Gobierno, en el Ministerio de Educación y en la Cancillería, entre otros, posibilitan una acción más eficaz, un desarrollo más sostenido, una administración que ordenará las prioridades y un impulso que el gobierno del Presidente Lagos se ha esforzado especialmente por constituir en parte de su legado.

El desarrollo de las artes y la expresión de ellas nos hablan de ejercicios de tolerancia, de poner en práctica la libertad, de conectarse con las profundidades del alma humana y son también vehículo de cultivo de valores, principios y todo aquello que sostiene la propia naturaleza de las personas. También es signo de encuentro de personas consigo mismas y con otros, posibilita encuentros, y la cultura juega roles de especial sentido en sectores más carenciados donde la imposibilidad material muchas veces se funda con la estigmatización de aquellos que por estar en condiciones de debilidad se les cree incapaces de desarrollarse en torno a sus expresiones.

La cultura y las artes hablan de identidad y pertenencia y es el espacio a través del cual los pueblos respiran. Como el cuerpo humano, hay funciones distintas para distintos órganos. En nuestro caso, el potenciamiento de la cultura es el reforzamiento de nuestras vías respiratorias, de nuestros pulmones y de nuestro corazón. Junto a ello, se ha escogido como escenario natural para que éste palpite el mejor lugar que conoce Chile para encantarse y sumergirse en la inspiración de la creación. Desde las Bellas Artes, las expresiones tradicionales, la constitución de industrias culturales, las artes emergentes y la promoción del aprecio y cultivo de la belleza pueden verse bajando desde el anfiteatro de Valparaíso, el cual tiene, también, una tarea que asumir para validarse como la Capital Cultural de Chile y quizás, porque no, la Capital Cultural de América Latina. Para sueños grandes, esfuerzos grandes.

Como dijo el Presidente Lagos al anuncio del Acuerdo con la Unión Europea, "de taquito" se ha firmado con Corea. En este caso, "de taquito", Valparaíso, además de ser Capital Cultural, Patrimonio de la Humanidad y Sede del Consejo Nacional de la Cultura, puede ser el epicentro del cultivo del alma nacional y una zona donde la auténtica creación cuente con un espacio real y no formal que se desborde por sus cerros, el país y hacia el exterior dada la estratégica ubicación de la ciudad del viento.

La sociedad de dos velocidades

Chile requiere de una generación que piense en el futuro y se atreva a intervenir en la vida social, política y cultural con ideas, iniciativas, proyectos y opiniones. No lo requiere para ahora mismo, aunque seria deseable, lo requiere para construir futuro a 25 años plazo. El segundo aire del Bicentenario.

En una mirada rápida, casi instantánea, no se avizora ese cuerpo de personas (aunque se intuye) que representen ese conjunto y que tengan vocación de servicio, de conducción política, generosidad en el acceso al poder y vocación de dialogo ciudadano. Lo que sí se ven son muchas estrellas en el firmamento, talentos, vocaciones, capacidades desperdigadas y poco acento en proyectos comunes.

El tema de Finlandia da para pensar. Da para pensar que para asumir trayectorias territoriales disciplinadas, entusiastas y austeras se necesitan énfasis y las personas son importantes para marcarlos, como seres únicos e irrepetibles, su impronta es algo que queda indeleblemente marcada en los procesos de desarrollo en la escala que sea. Personas que representen visiones de fondo, con talento estratégico y que superan la sociedad coyuntural que habitamos, somos parte y alimentamos. Personas generosas que se ordenan en torno a objetivos comunitarios y que vayan tras la libertad, la justicia social, la solidaridad, la amistad cívica o el desarrollo en la construcción de la Republica.

Pensaba en Chile y la doble velocidad que vive o que desea vivir. Por una parte esta la sociedad de la pobreza, del esfuerzo y de las carencias, de los campamentos, de la falta del alcantarillado o el pavimento, del acceso deficitario a la salud, de la precaria seguridad social y de empleabilidad, de la educación formal que convive entre la deserción escolar y un esquema repetitivo de conocimientos que no forma ni hace cultura. Por otro lado esta la sociedad de los acuerdos comerciales, de las exportaciones, de la innovación tecnológica, de las grandes cifras, de los acuerdos comerciales, de la masificacion de la educación superior o simplemente de la confortable vida que otorga la seguridad de ingresos, el acceso a la tecnología y el desarrollo laboral o profesional, entre otros. También sociedad del esfuerzo y de algunos privilegios. En medio de estas realidades habita una masa indeterminada que espera, es victima de la farándula cotidiana y esta expuesta a los vaivenes más diversos de aquellos que están construyendo los grandes trazos de Chile; oficialistas, facticos, poderes economicos, mediáticos y otros.

No hay que optar por una o por otra realidad. Esta sociedad de doble velocidad en el fondo exige un mismo ritmo para ambas realidades, políticos más completos y complejos, con visión, comprensión y capacidad de aprehensión. Chile esta cambiando y tiene una doble demanda porque se viven, como dicen en la teoría de la Historia, ritmos historicos distintos en un mismo territorio y la mirada al conjunto unen a estas realidades bajo el alero de los contenidos que pueden lograr inspirar a ese cuerpo, a esa pieza que falta en el tablero.

En general América Latina ha tenido que lidiar con decisiones que privilegiaron crecimiento en tiempos de bonanza y no desarrollo y al momento de vacas flacas no estaba el Estado de Bienestar, no había seguridad social, ni existían las reservas del caso. No es necesario dar ejemplos. Nuestro Chile, sin embargo y con todo, no solo ha brillado o se ha destacado en este escenario por las cifras de la ultima década del milenio anterior, sino por su responsabilidad fiscal y por una precaria pero efectiva seguridad social que ha logrado contener populismos y demandas extemporáneas, al tiempo de contar con capacidades de Gobierno, intelectuales y técnicas.

La estrategia de desarrollo nacional que se esta implementando vive en medio de estos dos mundos. El Chile solidario y el Plan Auge, los planes de empleo para subsidiar la falta de iniciativa e imaginación por un lado, la firma de los Tratados de Libre Comercio, la macro operando, la agenda corta aprobada, el mercado de capitales, por otro.

Claudio Orrego se preguntaba al final de su articulo sobre Finlandia, "¿qué nos falta para seguirlos?" a propósito del proceso de desarrollo de los europeos. Reflexionaba en esta misma tribuna con una respuesta aventurada que más política y mejor política era lo que faltaba. Hoy estoy mas convencido que hace una semana. Falta mas política, mejores partidos políticos, mejor militancia política, mejor calidad de la política, movimientos políticos, debates políticos, propuesta política y sobre todo, menos coyuntura, mas visión estratégica, mas lideres y menos farándula.

Mick Jagger ingresó en 1961 a la prestigiosa London School of Economics, pero la economía no le despertó la pasión que sentía por la música. Estando en Londres por allá en 1965, en pleno éxito por el disco Satisfaction y en medio de la fama que los ponía a la par con Los Beatles como líder de los Rolling Stones, era acosado por la prensa de la cual arrancaba. Cansado por aquella presión, cuenta la leyenda, y cansado de la persecución televisiva, desde un hotel lanzo un televisor por la ventana. Los periodistas extrañados y sorprendidos por la actitud del nuevo ídolo le consultaron porque había hecho eso...Jagger les contesto..."tengo el estomago lleno, puedo pensar".

25 años no es mucho tiempo.

A propósito de Finlandia...más política

Claudio Orrego escribe en esta tribuna refiriéndose al conocido ejemplo de Finlandia.

Ya frecuentemente citado en artículos, seminarios, exposiciones y documentos, el caso de este país es ya un paradigma de cómo la aplicación puede lograr resultados y cómo, pocas veces visto, un ejemplo de un modo de hacer las cosas puede provocar una sana envidia y un sinnúmero de desafíos.

Como bien explica Orrego, el informe del World Economic Forum muestra a Finlandia en 1997 en el lugar 23 y a Chile en el lugar 21. Seis años más tarde, Finlandia logra saltar a la punta de la tabla y Chile bajar algunos lugares. ¿Qué te paso Chile?, pregunta Claudio al tiempo de invitar, en su estilo optimista, a una apreciación del tema en ese tenor.

Quienes nos asomamos al mundo público, al interés por la política a medio camino entre la generación de los 80 y de los 90 y actuamos con intensidad en la segunda de esas décadas, hicimos esfuerzos cuantiosos por entusiasmar a una generación que era el fiel reflejo de un país dormido, algo aletargado por la prolongación militar y luego por la apelación a los consensos. Sin embargo, esa letanía y ese país fome graficado de modo extensivo, se empinaba con fuerza en todas los rankings y era el modelo de desarrollo exitoso citado en los principales foros del mundo. Aquella base fue construída por políticos, de los cuales la ciudadanía esperaba mucho luego de los oscuros tiempos vividos. Aquella base, también, es la que ha permitido mantener en estos tiempos de vacas flacas, el interés de distintos bloques territoriales de acordar con Chile Tratados o Acuerdos que se han firmado estos últimos meses bajo el liderazgo del Presidente y de la Canciller.

¿Porqué lo anterior? Básicamente, me acuerdo de un slogan de elección universitaria en los 90 en la Católica de Valparaíso, "Generacción", apelando a la construcción de generación con identidad y a mover las cosas en el marasmo de la diversidad que asomaba sin muchos puntos conexos entre sí. Si el ejemplo de Finlandia es un caso de desarrollo exitoso en que la aplicación de un país, la definición de agenda, la inversión, la voluntad del sector público y del Gobierno - de los políticos -, se ordenaba tras objetivos claros, es obvio lo que le ha pasado a Chile y cual es el remedio.

Yerko Ljubetic, actual Subsecretario del Trabajo, me decía un día casi textual "...hay que reestablecer el orden natural de las cosas...la economía debe supeditarse a la política..". La lectura de esto, acertada en el sentido correcto de las visiones estratégicas y de desarrollo que a la política le competen, a mi juicio es clara. En el Presidente Lagos y en algunos otros que cruzan transversalmente el espectro - con todos los conflictos de país -, se aprecian objetivos de largo aliento. En un número no menor de políticos, ello no está presente y es directamente proporcional al lugar que algunos temas ocupan en la Agenda debido a la conocida real politik.

El inmediatismo, la carrera desenfrenada por el poder, por cuidar el asiento, por ganar dinero o fama son el gran legado cultural del régimen y eso es justamente lo que impide el avance disciplinado, austero y sacrificado para alcanzar el desarrollo con justicia social y crecimiento económico. Ese legado está internalizado en la sangre y se requiere política para purificar, buena política.

Como Orrego, creo que la Sociedad de la Información como efecto catapultador, democratizador e innovador es una apuesta correcta que exige aplicación. Para que esté verdaderamente consignada con urgencia y velocidad falta la acción política, se nota la ausencia de movimiento que genere acción y que transmita a la ciudadanía un sueño de Chile para los próximos 25 años. El ejemplo finlandés exige que la política entre en acción y que la economía esté correctamente supeditada, en lo correspondiente al bien común, al viejo e inmemorial oficio de la Polis. Aquello tiene efectos culturales.

Construyamos el desarrollo desprivatizando las relaciones sociales y politizando la acción política para una vida mejor.

Datos y Desafíos

Se han dado a conocer las cifras del Censo efectuado en Abril del año 2002. Los resultados encierran conclusiones finas y otras evidentes y podemos decir con cierta propiedad que Chile está entrando a una fase de desarrollo donde se requiere tomar medidas que se asienten en la prospección de lo que ocurrirá en el Bicentenario.

Un país que entra en esta etapa tiene que poseer, entre otras características, la serenidad para despejar lo urgente de lo importante y avanzar en materias de indudable y alto interés nacional y que superan las legítimas visiones particulares o de sectores. Ese acuerdo debe ser propiciado y la confrontación democrática debe ser acotada a aquellos aspectos controversiales de la visión del desarrollo. Esta misión, que es de todos los chilenos y sus representantes, cabe con mayor responsabilidad a los políticos, tanto partidos como en el nivel Ejecutivo y Legislativo. Ahí está el centro de las decisiones, por lo tanto, ahí está la mayor responsabilidad de leer bajo el agua, entender estos resultados y buscar aquellos elementos distintivos para enfrentar el futuro.

Ya el Informe de Desarrollo Humano del año 2000, que entrega anualmente el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), hablaba de los avances de la sociedad chilena e invocaba el sugerente título de "Gobernar los Cambios", promoviendo una capacidad de reflexión más aguda y una capacidad de respuesta más eficiente en atención al mundo real. Datos como los entregados por el Censo nos hablan del mundo real y sobre ese factor es sobre el que se deben tomar decisiones.

Por ejemplo, los datos en bienes y servicios dan una demostración bastante fuerte de lo que ha sido el Chile aspiracional y la modernización de esta última década; 9 de cada 10 chilenos posee TV a color,1 de cada cuatro chilenos posee TV cable o satelital, 8 de cada 10 chilenos cuentan con lavadora, un 30% tiene microondas, 1 de cada 5 cuenta con computador y 1 de cada 10 está conectado a Internet. La mitad de los chilenos tiene celular. Estos datos que en muchos casos han duplicado la cifra de 1992 y en otros más impresionantes que se han disparado, como en el caso del teléfono celular, hablan de la capacidad del país de asumir estas nuevas variables despejando deseos tradicionales y generando una apertura a nuevos desafíos emergentes.

En cuanto a las temáticas sociales, los significativos avances en materia de vivienda propia, cobertura de energía eléctrica, acceso al agua potable y niveles de hacinamiento dan razón a los argumentos anteriores y trazan un desafío para que en esta década se puedan resolver estos aspectos de un modo definitivo. El cambio ha sido sustancial y significativo y las condiciones de dignidad de los chilenos se encuentran apreciablemente mejor que hace 10 años.

En otro ámbito, la educación - motor del desarrollo - ha dado saltos cualitativos. Los más de 570.000 niños que asisten a la educación pre básica, el doble del año 1992, da cuenta de varios factores, entre ellos, el acceso a la mujer al mundo laboral y educacional que ha cambiado las bases del trabajo y la educación en el país. Los estudios superiores, en tanto, se duplicaron pasando de más de un millón de personas hace diez años a casi dos millones trescientas mil personas que han accedido a formación profesional y técnica. El promedio de escolaridad, en tanto, alcanza al año 2002 los 8,5 años, dato que en el 2012 debiera aumentar de modo considerable con la aprobación de la ley que establece la obligatoriedad de los 12 años de escolaridad.

En cuanto a las alternativas religiosas, se ha despejado la polémica y en la suma y resta existe un 90% de los chilenos que declara ser cristiano, luego asume como propios los valores del amor al prójimo y la solidaridad, entre otros. Aquel dato no es menor, pues si ese 90% se encuentra motivado en cuanto a los valores que declara y los transforma en virtudes a practicar - como diría Agustín Squella - al tiempo del Bicentenario vamos a contar con un país de excepción.

Se observan, en mi modesto juicio, cinco tareas fundamentales que comprometen al país y que de algún modo el Presidente lo ha señalado en su discurso al recibir los resultados. En primer lugar, acoger a una población que se envejece y hacerlo no solamente adecuando los sistemas de salud, sino que el mundo del trabajo, la educación y la industria del ocio y el tiempo libre. En segundo lugar, propiciar un desarrollo sostenido de la educación técnico profesional e invertir la relación entre profesionales y técnicos, junto con aumentar las condiciones para el emprendimiento. Ambos datos debieran impactar en el empleo. Seguidamente, promover una radical transformación de la inversión y gasto que da cuenta, también, de una inversa relación entre investigación básica, aplicada y desarrollo experimental. En este punto, se hace necesario un protagonismo mayor del sector privado y un vínculo estratégico con las Universidades para desarrollar productos con mayor valor agregado. Ese es un desafío de Chile. En cuarto lugar, producir una estrategia de alto impacto y sostenida en cuanto a la socialización de las Tecnologías de la Información. Al 2012 debiéramos contar con un país interconectado a nivel de personas, entidades públicas y privadas. Finalmente, y el desafío mayor, es superar aquellas carencias estructurales en materia de pobreza y que se vinculan a vivienda, acceso a los servicios básicos, educación y salud.

Cuando el PNUD señalaba que había que Gobernar los Cambios, en su espíritu intuyó lo que afortunadamente Chile ha hecho. No ha esperado los resultados de un Censo para tomar muchas de las medidas que se requieren y lo ha hecho antes abriendo un camino al desarrollo donde nuestro país está cruzando el umbral y donde los ciudadanos de a pie, esta vez más informados y exigentes, esperan de sus gobernantes, instituciones, organizaciones, grupos de presión, interés e influencia, una actitud a la altura de los desafíos nacionales donde los más de 15 millones de chilenos somos los protagonistas y podemos al Bicentenario, el 2010, contar con un país sustancialmente más desarrollado en la medida que mantengamos la concentración en nuestras aspiraciones, obligaciones, sueños y desafíos.

Datos y Desafíos

Se han dado a conocer las cifras del Censo efectuado en Abril del año 2002. Los resultados encierran conclusiones finas y otras evidentes y podemos decir con cierta propiedad que Chile está entrando a una fase de desarrollo donde se requiere tomar medidas que se asienten en la prospección de lo que ocurrirá en el Bicentenario.

Un país que entra en esta etapa tiene que poseer, entre otras características, la serenidad para despejar lo urgente de lo importante y avanzar en materias de indudable y alto interés nacional y que superan las legítimas visiones particulares o de sectores. Ese acuerdo debe ser propiciado y la confrontación democrática debe ser acotada a aquellos aspectos controversiales de la visión del desarrollo. Esta misión, que es de todos los chilenos y sus representantes, cabe con mayor responsabilidad a los políticos, tanto partidos como en el nivel Ejecutivo y Legislativo. Ahí está el centro de las decisiones, por lo tanto, ahí está la mayor responsabilidad de leer bajo el agua, entender estos resultados y buscar aquellos elementos distintivos para enfrentar el futuro.

Ya el Informe de Desarrollo Humano del año 2000, que entrega anualmente el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), hablaba de los avances de la sociedad chilena e invocaba el sugerente título de "Gobernar los Cambios", promoviendo una capacidad de reflexión más aguda y una capacidad de respuesta más eficiente en atención al mundo real. Datos como los entregados por el Censo nos hablan del mundo real y sobre ese factor es sobre el que se deben tomar decisiones.

Por ejemplo, los datos en bienes y servicios dan una demostración bastante fuerte de lo que ha sido el Chile aspiracional y la modernización de esta última década; 9 de cada 10 chilenos posee TV a color,1 de cada cuatro chilenos posee TV cable o satelital, 8 de cada 10 chilenos cuentan con lavadora, un 30% tiene microondas, 1 de cada 5 cuenta con computador y 1 de cada 10 está conectado a Internet. La mitad de los chilenos tiene celular. Estos datos que en muchos casos han duplicado la cifra de 1992 y en otros más impresionantes que se han disparado, como en el caso del teléfono celular, hablan de la capacidad del país de asumir estas nuevas variables despejando deseos tradicionales y generando una apertura a nuevos desafíos emergentes.

En cuanto a las temáticas sociales, los significativos avances en materia de vivienda propia, cobertura de energía eléctrica, acceso al agua potable y niveles de hacinamiento dan razón a los argumentos anteriores y trazan un desafío para que en esta década se puedan resolver estos aspectos de un modo definitivo. El cambio ha sido sustancial y significativo y las condiciones de dignidad de los chilenos se encuentran apreciablemente mejor que hace 10 años.

En otro ámbito, la educación - motor del desarrollo - ha dado saltos cualitativos. Los más de 570.000 niños que asisten a la educación pre básica, el doble del año 1992, da cuenta de varios factores, entre ellos, el acceso a la mujer al mundo laboral y educacional que ha cambiado las bases del trabajo y la educación en el país. Los estudios superiores, en tanto, se duplicaron pasando de más de un millón de personas hace diez años a casi dos millones trescientas mil personas que han accedido a formación profesional y técnica. El promedio de escolaridad, en tanto, alcanza al año 2002 los 8,5 años, dato que en el 2012 debiera aumentar de modo considerable con la aprobación de la ley que establece la obligatoriedad de los 12 años de escolaridad.

En cuanto a las alternativas religiosas, se ha despejado la polémica y en la suma y resta existe un 90% de los chilenos que declara ser cristiano, luego asume como propios los valores del amor al prójimo y la solidaridad, entre otros. Aquel dato no es menor, pues si ese 90% se encuentra motivado en cuanto a los valores que declara y los transforma en virtudes a practicar - como diría Agustín Squella - al tiempo del Bicentenario vamos a contar con un país de excepción.

Se observan, en mi modesto juicio, cinco tareas fundamentales que comprometen al país y que de algún modo el Presidente lo ha señalado en su discurso al recibir los resultados. En primer lugar, acoger a una población que se envejece y hacerlo no solamente adecuando los sistemas de salud, sino que el mundo del trabajo, la educación y la industria del ocio y el tiempo libre. En segundo lugar, propiciar un desarrollo sostenido de la educación técnico profesional e invertir la relación entre profesionales y técnicos, junto con aumentar las condiciones para el emprendimiento. Ambos datos debieran impactar en el empleo. Seguidamente, promover una radical transformación de la inversión y gasto que da cuenta, también, de una inversa relación entre investigación básica, aplicada y desarrollo experimental. En este punto, se hace necesario un protagonismo mayor del sector privado y un vínculo estratégico con las Universidades para desarrollar productos con mayor valor agregado. Ese es un desafío de Chile. En cuarto lugar, producir una estrategia de alto impacto y sostenida en cuanto a la socialización de las Tecnologías de la Información. Al 2012 debiéramos contar con un país interconectado a nivel de personas, entidades públicas y privadas. Finalmente, y el desafío mayor, es superar aquellas carencias estructurales en materia de pobreza y que se vinculan a vivienda, acceso a los servicios básicos, educación y salud.

Cuando el PNUD señalaba que había que Gobernar los Cambios, en su espíritu intuyó lo que afortunadamente Chile ha hecho. No ha esperado los resultados de un Censo para tomar muchas de las medidas que se requieren y lo ha hecho antes abriendo un camino al desarrollo donde nuestro país está cruzando el umbral y donde los ciudadanos de a pie, esta vez más informados y exigentes, esperan de sus gobernantes, instituciones, organizaciones, grupos de presión, interés e influencia, una actitud a la altura de los desafíos nacionales donde los más de 15 millones de chilenos somos los protagonistas y podemos al Bicentenario, el 2010, contar con un país sustancialmente más desarrollado en la medida que mantengamos la concentración en nuestras aspiraciones, obligaciones, sueños y desafíos.

Dimensiones y Desafíos de la Revolución Tecnologica

Cada día que pasa los desafíos del desarrollo tecnológico se han ido transfiriendo desde un mundo básicamente técnico y de expertos hacia una visión de desarrollo que compromete ejes políticos, económicos, sociales y culturales. La discusión tecnológica va adquiriendo una dimensión múltiple y empieza a ubicarse en el diálogo nacional.

En efecto, mucho de esto tiene que ver con apreciar los momentos y los tiempos adecuados para transformar esa tendencia en aspectos estratégicos que generen corriente, el cómo se apropian para internarse en las estructuras y cómo se aplican para advertir una sensación de conjunto; en las medidas y en el lenguaje.



Existe, hasta ahora, cierta orientación en esa apreciación que la ubica en el eje correcto. Es decir, se observa cierta visión de Estado que supera las banderías e intereses y las estrategias se conducen con énfasis y visiones complejas, completas y “por sobre” aquellos aspectos contingentes y coyunturales del inmediatismo que naturalmente destruye la esencia de los grandes desafíos. Hoy empieza a flotar en el ambiente el cómo apuramos el tranco y el cómo establecemos los parámetros de organización para su puesta en valor efectiva, eficiente y eficaz en las políticas de desarrollo nacional.



La década del 90 fue especialmente crecedora, particularmente en materia de Modernización del Estado y de incorporación tecnológica en las empresas medianas y grandes. Esta década, en tanto, se está identificado crecientemente con características especialmente transformadoras en la materia con temas vinculados a la tramitología de la mano de un desarrollo de Gobierno Electrónico de nivel mundial, un sistema de compras públicas que se consolida crecientemente y que colabora en la transparencia en la relación Estado, proveedores y ciudadanos, el desarrollo de la factura electrónica y otros instrumentos tributarios, la propia designación de un CIO coordinador de las distintas iniciativas y miradas, la declaración a favor de la inclusión digital que ya la vemos en desarrollo por medio del hardware, a lo menos y cierta masificación de uso de herramientas en la educación y el inicio de campañas de alfabetización digital.



Podemos sumar que al final de estos años se encuentra en el horizonte el Bicentenario de nuestro país y estamos en perfectas condiciones de manifestar nuestros sueños, entre ellos, la inclusión social por medio de las tecnologías, sistemas más transparentes que contribuyan a un sano ejercicio del poder, mayor vínculo y confianza entre las Universidades y las Empresas para mejorar la calidad de la investigación y con la finalidad que culmine en productos, negocios, patentes y desarrollo. Ello conduce a la creación de condiciones para la consolidación de la industria tecnológica. Todos estos aspectos están en el horizonte como meta para evaluar cuanto efectivamente avanzamos y cuanto efectivamente hicimos.



Finalmente, el segundo aire del Bicentenario, como me gusta denominar al 2020, debiera ser la oportunidad de nivelar y dar un salto del más amplio efecto que nos consolide como un país interconectado, donde el desarrollo tecnológico en su más amplia esencia está en el debate nacional como eje estratégico de la gestión pública, privada y académica, como apropiación ciudadana para interactuar entre ella y con el Estado y las organizaciones de la vida social, económica o cultural de Chile o como instrumento de consolidación de una vida mejor sin restricciones ni brechas que terminan siendo odiosas, injustas y carentes de sentido en el orden y jerarquización de las prioridades del desarrollo.



La Agenda Digital



El esfuerzo nacional está demostrando que las cosas en algunas áreas se están haciendo muy bien. La propia Agenda Digital recientemente presentada, es una demostración como los sectores públicos, privado, académico y de la sociedad civil pueden trabajar en conjunto e identificar 34 medidas para impulsarlas conjuntamente con la finalidad de llegar a un estado de cosas que asegure el beneficio conjunto del país. Aquí pesa la idea que si a ti te va bien, nos va bien a todos y eso se consigue sólo con políticas y espíritu de Estado.



Que se identifiquen como tópicos el acceso a Internet, el desarrollo más profundo del Gobierno Electrónico, el desarrollo de la industria de la tecnología, la extensión de la inclusión tecnológica en las empresas y la educación en el ámbito de la calificación de los recursos humanos, está marcando aspectos elementales de una Agenda, el primer paso coordinado. En general, la orientación es productiva, vinculada a la competitividad y de mejor habilitación del país para el escenario de progreso que se ha forjado tanto nacional como internacionalmente. Una política de Estado se hace en torno a la estrategia nacional de desarrollo o no se entiende.



Nuestra economía abierta nos obliga a avanzar en todas estas materias, avanzar con el segundo idioma y principalmente, incorporar herramientas tecnológicas a la sala de clases y a la formación de los alumnos en la enseñanza básica y media, para entusiasmarlos, para ir trabajando con ellos en el ámbito que más les acomoda. Los jóvenes del colegio y del liceo son audiovisuales y no encajan, en mi modesta visión, con la simple clase expositiva. Requieren un estímulo mayor.



Algunas Experiencias y Desafíos



Desde Valparaíso Tecnológico contribuimos a promover un Plan Piloto en conjunto con la Municipalidad de Valparaíso y la empresa I – Education Holdings, con el objeto de incorporar herramientas audiovisuales sobre la base de Internet y tecnología Streaming (utilizada en el norte de Europa, parte de Canadá y el Norte de EE.UU.) a objeto se aplicara en algunos cursos de liceos de la ciudad. La evaluación fue demoledora: cursos conflictivos dejaron de serlo, la deserción desapareció y el rendimiento claramente mejoró. La experiencia de aprender utilizando tecnología fue entretenida y cumplió el objetivo de educar, aplicando un modelo que no reemplaza al profesor, sino que lo acompaña en este cambio que él también está experimentando.



En otros ámbitos, como el emprendimiento, se están comenzando a abrir ciertas perspectivas y cierto ambiente que puede conducir hacia un marco calificado que invite al riesgo, a la experimentación, a la puesta en marcha de iniciativas que contribuyan a crear productos, riqueza, empleo y que disminuyan las altísimas tasas que indican que la gran mayoría de los jóvenes habilitados para emprender sus propias iniciativas (muchos de ellos egresados de las Ingenierías), terminan trabajando en una cadena productiva ya instalada, porque faltan incentivos, capitales y un ambiente convocante para orientarse contribuyendo al desarrollo de Chile desde el emprendimiento. Ello es posible.



En la dimensión más puramente social, las tareas de info alfabetizar es un compromiso ineludible que corresponde no sólo al Estado. Este debe impulsar procesos, crear condiciones, destinar recursos y permitir que nuevas entidades cumplan con la titánica labor de llevar las habilidades tecnológicas a las comunidades en un trabajo conjunto. La acción de entidades como el Comité para la Democratización de la Informática, CDI Chile, de dimensiones internacionales y ampliamente probada y con amplio respaldo de entidades con el BID, el Banco Mundial o el World Economic Forum o la Corporación Encuentro radicada en Santiago u otras instladas en regiones, son iniciativas que demuestran que la acción del tercer sector es clave en esta materia. Las personas que ya están en una precaria situación por las brechas históricas relacionadas con la distribución del ingreso y todas las complejidades que posteriormente se multiplican en torno a la igualdad o acceso a las oportunidades, beneficios sociales, interacción con las ventajas del crecimiento y otros, se ven reducidos en su dignidad y derechos cuando una nueva variable estratégica como es la revolución tecnológica hace su estreno y les instala una nueva Brecha entre ellos y el mundo...ahora es la Digital.

La multiplicidad de factores que conviven obligan a un desarrollo abierto y diverso y a una estrategia integrada que combine desde la atracción de inversiones, consolidación de la industria tecnológica, calificación del recurso humano, introducción de herramientas tecnológicas en la micro y pequeña empresa, fortalecimiento de los sectores de bienestar social, un revolucionario esquema de gobierno electrónico que llegue hasta los municipios, un clima de emprendimiento con todos sus componentes y la habilitación y principalmente la habilitación de la ciudadanía en el uso de las tecnologías. Esa tarea es insustituible si queremos disminuir brechas, integrar al nuevo mundo y sentirnos parte de un acceso con sentido y destino en medio de la revolución de las comunicaciones.



Nunca me olvido de las cifras que tuve la suerte de ver visitando la experiencia de Canadá en materia de estrategias tecnológicas integradas. El 100% de las escuelas y Bibliotecas conectadas, el 83% de los ciudadanos, el segundo mejor Gobierno Electrónico del mundo, el 75% de las Pymes conectadas, toda la gran empresa, 9.000 sitios de acceso comunitario y en Ottawa, sólo en Ottawa, con 1.000.000 de habitantes, 1600 empresas tecnológicas. Experiencia sustentable, democrática, sólida y con sentido. Y nosotros, porqué no?

Gobierno Electrónico para la Descentralización

La aplicación de estrategias de Gobierno Electrónico (E-Gov) requiere de un sinceramiento respecto de sus obstáculos prácticos para lograr iniciativas de alto impacto. Ello nos sitúa en la médula y en el área sensible de la aplicación de los proyectos de Estado en la materia.

Una línea sustancial de la definición de estrategias de E-Gov la constituye el Gobierno en Línea, que es punto de referencia y es el aspecto más visible y comunicacionalmente más opinable en el tema que nos convoca. Lo anterior, por una multiplicidad de factores.

Entre ellos, se entiende como fase presencial del E-Gov cuando se habilita información puesta en una plataforma virtual para consulta ciudadana. Información plana, estática y descriptiva. Generalmente sin posibilidad de mayor interacción.

Eso no es E-Gov

La plataforma presencial es el fenómeno más extendido actualmente y encierra un error básico y difundido en círculos públicos y privados que la asimilan como la aplicación de E-Gov. Ajenos al debate técnico, naturalmente, es usual confundir la aplicación de las políticas de E-Gov con plataformas presenciales. La existencia de sitios web que se instalan en “órbita”, dando con ello por cumplida la misión y satisfechos los propósitos con un simple diseño y un conjunto de noticias y descripción de trámites, es sólo un comienzo que no puede concluir ahí. El sólo ejemplo del Servicios de Impuestos Internos demuestra cómo se puede pasar de un estado A a uno B con una fase de aceleración sorprendente. Voluntad política, capacidad técnica y política de Estado.

En nuestro país no podemos negar que el avance es real, contundente en algunos planos, pero insuficiente en otros, básicamente en regiones y comunas, donde el “poder” está más cerca de la gente y políticas sofisticadas de desarrollo son eminentemente muy relevantes de implementar.

Causa importante del porqué este tema aún no entra en el debate político tiene que ver con el desconocimiento tanto de la concepción como de los procesos.

Lo que ocurre a nivel país, en “la macro”, es distinto a lo que ocurre en “la micro”, en regiones y en comunas. Hay aspectos de orden político involucrados. Por ejemplo, en el esfuerzo de instalar un sitio web que se le denomina equívocamente Portal; que cumple sólo una fase presencial; que adolece de una planificación; en que no hay sistematización y en que la visión, misión y objetivos se confunde con el impacto visual que produce; y con la puesta en marcha “comunicacional” de su anuncio y la proclama que sigue con la vociferante frase “Habemus Gobierno Electrónico, Ciudadanos”. Lo anterior tiende a dejar una conclusión y a ser la manifestación más clara y prístina del largo camino que queda aún por recorrer y la necesidad de superar las modas y cambiarlas por proyectos sustanciosos.

Las campañas electorales siempre abren espacio para iniciar sensibilizaciones, para que la semilla caiga en tierra fértil y se entienda el sentido de urgencia de estas materias, que son bastante menos frívolas de lo que podríamos pensar. Esto no es un problema de técnicos ni de “computines”: es, claramente, un tipo de problema político, para la alta política, para la construcción de políticas de Estado.

Nuestras Democracias

Nuestras democracias latinoamericanas, en su ansiedad de mostrar “soluciones concretas”, cumplen fielmente con el error habitual de engalanarse con ese tipo de soluciones para ganar la vuelta siguiente y “mostrar” resultados. Nos asiste la convicción que ronda como factor de fondo la necesidad de abordar las políticas de desarrollo tecnológico extensivamente y las políticas de E-Gov de un modo particular como tarea estratégica.

El Gobierno en Línea cabe en ello y, por lo tanto, es requerimiento sine qua non la preexistencia o la construcción de climas de estabilidad política que aseguren que los proyectos emprendidos no van a ser eliminados por la siguiente administración; que el largo camino que se debe recorrer sea reconocido como política de Estado que, configurada como una política pública, que beneficia a todos los sectores, permite formular proyectos complejos y efectivamente activar una estrategia que configure a la sensible área del Gobierno en Línea como una actividad sistematizada y que la conciencia de esa necesidad permita organizar conceptual y de un modo práctico las acciones venideras. En efecto, con lo anterior nos situamos en el marco de la definición más compleja del E-Gov como se ha informado y definido en el propio instructivo presidencial del año 2001.

Desde una perspectiva comparada podemos ver que Chile anda bien y muy bien en lo macro. Entre estas estadísticas internacionales, se destaca el caso de Singapur, país reconocido por los informes de Naciones Unidas, como la nación que más ha avanzado en la adopción de técnicas y estrategias digitales y Chile algo más atrás.

A su vez, en E-Gov, somos terceros junto a Canadá, luego de Gran Bretaña y Estados Unidos, según informa la Directora del PRYME.

Son todas cifras realmente muy buenas. El propio Sistema de Compras Públicas es una manera de alcanzar y hacer más transparente y eficiente al Estado y abrir oportunidades a la pequeña y mediana empresa como proveedores de éste.

Sin embargo, la descentralización de estos efectos, el impulso fuerte a las comunas y gobiernos regionales no se ve y si se está haciendo, no se vislumbra aún. Aquí no cabe el amparo de organismos autónomos. El proceso hay que generarlo y promover la necesidad si ese es el camino.

El Ejemplo de Singapur

A modo de orientación, en Singapur distinguen cuatro fases que organizan el proceso estratégico del Gobierno en Línea. En primer término, una fase de carácter informativa donde el Estado establece en línea toda aquella información de utilidad acerca de trámites requisitos, regulaciones, impuestos y otros, para la información del usuario. Es un proceso de ida y los datos sirven referencialmente para desenvolverse de un modo presencial en las oficinas públicas. Es la fase a que nos hemos referido.

Un segundo punto es el de abordar fases más interactivas. El usuario puede completar formularios, hacer consultas, imprimirlos, quejarse y comunicarse.

Luego, en tercer lugar o como parte de una tercera fase, el Estado habilita una compleja interactividad hacia los usuarios que pueden ser personas u organizaciones de cualquier naturaleza y ya es posible hacer transacciones en línea, hacer consultas específicas, participar en las compras públicas, seguir cursos on line por medio del e-learning u otro y contactarse con sus representantes políticos.

Por último, existe la fase integradora denominada Portal, que aglutina a todas las agencias gubernamentales en un solo sitio y da uniformidad al ciudadano y a las organizaciones e instituciones para concurrir a un lugar y ahorrar tiempo, recursos y malos ratos.

La consideración anterior es vital de establecer, por cuanto no es posible que un usuario maneje las direcciones de todos los servicios gubernamentales y se estaría realizando un esfuerzo en sentido inverso, pues la búsqueda de hacer las cosas más simples, terminaría por hacerlas más aún más difícil para aquel ciudadano que debe ir oficina por oficina para conseguir un timbre o una firma. Se dice, en alguna estadística, que el 85% de las iniciativas gubernamentales de implantación tecnológica fracasan.

Tiendo a pensar que ello es por lo que señalábamos al comienzo: por ese inmediatismo que nos caracteriza. Los Portales, en consecuencia, son necesarios como vehículos concentradores para el benéfico ciudadano.

Cliente o Ciudadano

Un aspecto que promueve la discusión política es la definición que se ha ido extendiendo de mala manera, en mi reflexión personal. Al ciudadano se le llama cliente y los procesos de Gobierno Electrónico se deben aplicar como el denominado E–Commerce.

En los procesos invariablemente existen similitudes tales como el formato, que operan idénticamente. Sin embargo, hay una complejidad mayor, que quizás está en el ámbito de las denominaciones, pero cuando el ciudadano es institucionalizado como cliente se desvirtúa la naturaleza política y el sustrato esencial del sistema democrático. Este no sólo es un sistema procedimental de voto y elecciones, según mi visión. Se entiende muy especialmente como fundado en un Estado de Derecho que garantiza o debe establecer garantías y, entre ellos, los derechos ciudadanos se resguardan en un tratamiento que debe consignar al Gobierno Electrónico como extensión, parte de una tarea de esencial servicio público, como un brazo adicional del servicio presencial y que se asimila, quizás en sus procedimientos electrónicos, al E-Commerce. Aquello es mecanismo de gestión y está muy bien, gestión de procesos, organización de la información, asuntos técnicos.

En síntesis, el Estado moderno debe cumplir con la función de brindar la mayor satisfacción y servicio al ciudadano, las 24 horas, los 365 días del año de manera eficiente, efectiva y eficaz, con disponibilidad de atención y promoviendo una reestructuración de la relación Estado-Ciudadano, procurando que las nuevas dimensiones del Gobierno Electrónico permeen la relación presencial como proceso complejo y siempre orientado sobre la base del servicio público y revincule a éste con su estructura mayor que vela por la administración del territorio y lo resitúe en el contexto del sistema democrático. Es una oportunidad para reestructurar la relación ciudadano-sistema político.

Características y Obstáculos

Volviendo al punto central que hemos señalado, las ventajas de los Portales es que la ciudadanía, al interactuar con una Agencia Gubernamental Virtual, está relacionándose con un conjunto de oficinas al mismo tiempo, las que se encuentran vinculadas digitalmente y que permiten una aceleración de coordinaciones interinstitucionales, la aplicación de programas integrados y el reforzamiento de las alianzas públicas–privadas.

Un ejemplo de esto, con una dimensión puramente estatal, se encuentra en la ciudad de Fredericton, Estado de New Brunswick, Canadá. Se denomina Services New Brunswick y se encuentran tanto en vivo como en red conectados todos los sistemas y el sistema de ventanilla única opera por medio de la aplicación de software que, novedad mediante, integra todos los servicios estatales sin importar su naturaleza administrativa o la dependencia jerárquica. O sea, pueden ser nacionales, sectoriales, municipales o regionales y todos se encuentran organizados y pueden ser atendidos en línea o bien presencialmente sin inconvenientes.

¿Otra novedad? Los puede administrar cualquier persona habilitada con una clave de acceso al sistema y funcionaria pública.

El sentido monopólico de la función y los trámites públicos revelan que se debe avanzar con mayores incentivos para asegurar la eficacia y la eficiencia del servicio público y recalcar el sentido de urgencia de la función, porque para eso es: para actuar prontamente en beneficio de quien requiere la prestación o manifiesta la necesidad. Como no existe oferta de mercado de quien da más rápido el certificado A o el permiso B o la declaración de impacto C, el Estado debe brindar un poderoso servicio a favor del desarrollo.

La cantidad de obstáculos prácticos que justifican el bajo nivel de éxito de experiencias en Latinoamérica, se contabilizan en variables diversas. Entre ellos se destacan la falta de decisión política para emprender proyectos de Estado y visiones que superen la contingencia.

Un proyecto de desarrollo tecnológico debe ser una política de Estado o no se justifica y ello incluye al Gobierno Electrónico. Hacen falta líderes de nivel en esta materia, dispuestos y disponibles a recibir las incomprensiones.

También existe el clásico error de los proyectos ambiciosos que contribuyen en pirotecnia, pero que no son proyectos sólidos tanto por su concepción o por quienes los aplican.

Otro factor relevante es la presencia de los vendedores de las fórmulas mágicas. ¿Quien no conoce un software comprado por alguna oficina pública que nunca se haya usado? Ahí se encuentra un error del sistema en que se produce un problema de oferta y demanda. Quien vende, en su intento de agradar, es capaz de vender, para concretar su negocio, “cualquier cosa” a quien compra y, éste, a su vez, quiere dar señales y demostraciones que gestión “es innovación” y, por lo tanto, compra cualquier cosa.

A lo anterior, podemos agregar dos menciones de Buen Gobierno, cuyo impulso electrónico puede ser vital para mejorar la función pública.

Primero, que la creación de sistemas digitales de compras y adquisiciones contribuyen a un proceso transparente, en línea, con igualdad de información y mecanismos de selección que se sustentan sobre reglas claras. En ese aspecto es posible que la fiscalización sea parte del ejercicio democrático y ciudadano y los medios electrónicos la facilitan.

El segundo, consecuencia de éste, es una reflexión sobre la discrecionalidad del poder público. En mi personal juicio, existen un conjunto de niveles en la administración, en cualquier lugar del territorio y de distinta naturaleza jurídica, que parte de su labor se constituye en la certificación de procedimientos. Puede ocurrir, no creo que muy extendidamente, que ese poder de calificación y sistematización se vea contaminado por circunstancias de favoritismo o antagonismo político o de simpatías y antipatías de alguna naturaleza. El Gobierno Electrónico tiene la ventaja de ir eliminando progresivamente aquello y legitimar al Estado en su tarea de servicio y administración que le corresponde.

Un último aspecto a destacar tiene que ver con superar la fase inicial presencial para trabajar sobre la base de coordinaciones más estrechas que contribuyan a que el propósito de interoperatibilidad del sistema en beneficio de las personas se arregle de acuerdo a un sentido institucional que genere las bases de una estructura que consolide el sistema democrático.

La orientación del Gobierno Electrónico lo vislumbro con una finalidad y aquélla debe tornarse como una necesidad que incorpore el sentido de urgencia por medio de incentivos, recursos, calificaciones, mayor formación y otros que aseguren mayor eficiencia, control, modernización, acceso y descentralización. Sin duda que seremos muchos los que agradeceremos tener resuelto o en vías de solución estos aspectos.

La Descentralización

El avance de Chile no es el avance de Latinoamérica en la materia. El avance del Chile estructural no es el avance del Chile de las regiones y de sus comunas.

Una tarea para aquellos que han contribuido con el crecimiento del país en este aspecto, es poner en el centro de estas tareas el reforzamiento de las capacidades de servicio del Estado, de servicio del Gobierno, de servicio desde las distintas esferas requeridas por los ciudadanos. Un nuevo esfuerzo necesita de un especial reforzamiento de las unidades regionales y comunales generando los incentivos, recursos, políticas y normativas que aseguren proyectos sólidos que acerquen el poder a la ciudadanía, transfieran información, se respire transparencia y se refuerce la identidad local. Parte de estas tarea serán ampliamente agradecidas, fortalecerán el sistema democrática, podrán abrir un interesante espacio para que la sociedad la vayamos construyendo participativamente y con ingenio, quizás, comprometer esfuerzos que crucen la línea de lo público promoviendo estrategias integradas que consoliden un camino de rápido acceso.

Más Gobierno Electrónico y más habilitación tecnológica que reduzca la brecha digital...es casi una consigna.